Atalaya ha publicado el informe anual de sus actividades, enfocado en el Proyecto Riotinto, donde tiene su centro de operaciones. Se trata del segundo año completo de funcionamiento de la histórica mina: “Los resultados demuestran una vez más que este equipo cumple con sus objetivos.”
Así se pronunciaba Alberto Lavandeira, consejero delegado de Atalaya Mining en una comunicación a los accionistas de la compañía, destacando el exitoso camino recorrido hasta hoy: “Tras un buen primer año, este segundo hemos ido a más, con crecimientos incrementales en cada trimestre”.
Así, la compañía ha enumerando las principales cifras, entre las que destaca el 4% de incremento en el ritmo de tratamiento de mineral hasta alcanzar las 9´8 millones de toneladas tratadas en 2018 o el 3% de aumento en la producción de cobre en concentrado que ha llevado a Riotinto a expedir por encima de las 42.000 toneladas de metal.
“Estamos encantados de haber conseguido alcanzar e incluso sobrepasar todos los indicadores de desempeño clave que se habían marcado para este año, lo que ha tenido un impacto positivo en la posición financiera de la compañía” ha continuado explicando el principal ejecutivo de Atalaya, añadiendo algunos detalles sobre las cifras de producción.
Entre estas destacan la ley de cobre, situada en el 0.49% en este año, o las tasas de recuperación metalúrgica, es decir la cantidad de cobre que se consigue recuperar del mineral procesado, que ha subido 3 puntos, desde el 85´45% en 2017 al 88´30% en 2018.
Asimismo, Lavandeira ha mostrado su confianza en el futuro, desgranando algunas de las apuestas de la empresa minera: “Hemos conseguido todo esto mientras en paralelo trabajamos en la expansión de la mina de Riotinto”. Y es que en este año se ha publicado un nuevo informe de reservas mineras, basado en las campañas de investigación geológica emprendidas desde el comienzo de las operaciones y que implica un 29% de incremento de mineral de cobre en el yacimiento, hasta las 197 millones de toneladas, alargando la vida de la explotación hasta casi 14 años, con un incremento del ritmo de tratamiento de mineral que llegará a los 11 millones de toneladas en 2019 y 15 en 2020.
Sin embargo, este no es el horizonte final del proyecto: “Riotinto alberga un potencial de exploración adicional, a través de la investigación de yacimientos aledaños a los actuales, como podrían ser San Dionisio, San Antonio o Planes, que podrían tener la capacidad de seguir aumentando la vida de la mina y las opciones de crecimiento de la compañía.”