Andaltec ha comenzado la ejecución del proyecto de I+D “BioNanocel”, cuyo objetivo es desarrollar envases plásticos activos biobasados a partir de celulosa obtenida de residuos de biomasa vegetal. Esta iniciativa está enfocada a la obtención de un material plástico sostenible para la industria alimentaria, con propiedades mejoradas, ya que pretende reutilizar residuos de biomasa vegetal procedentes de la actividad agraria que en la actualidad no tienen un uso definido.
Los investigadores de Andaltec ya están trabajando para desarrollar una iniciativa que busca sintetizar plásticos biodegradables y compostables que sirvan como materia prima para fabricación de envases alimentarios. Uno de los objetivos de este proyecto es que estos materiales cumplan los elevados estándares de calidad que requiere la conservación de alimentos, a la vez que sean productos sostenibles, algo cada vez más demandado por los consumidores y las empresas. De esta manera, durante el proyecto se desarrollarán una serie de demostradores finales de films con propiedades barrera contra el oxígeno, vapor de agua, grasa y los microorganismos, lo que ayudará a alargar la vida útil de los alimentos y a que se conserven en mejores condiciones.
Este proyecto pretende aprovechar la gran cantidad de residuos que genera el sector agraoalimentario en España, que supone un 22% de toda la producción industrial. El desarrollo de nuevos productos y procesos más sostenibles a partir de residuos agrícolas es de gran interés, ya que pueden dar lugar a productos de alto valor añadido.
El investigador responsable del proyecto BioNanocel, José Antonio Rodríguez, señala que la biomasa vegetal se compone mayoritariamente de celulosa, hemicelulosa y lignina, tres componentes con enorme interés. “La celulosa, que es uno de los polímeros más abundantes en la naturaleza, es el componente mayoritario en los residuos agrícolas. Este biopolímero puede servir como base para la síntesis de una gran variedad de productos con un alto valor añadido y
con un gran potencial para ser usados en aplicaciones de envases en la industria alimentaria”, afirma.
El proyecto dará lugar en primer lugar a un sistema eficiente de extracción y purificación de celulosa a partir de residuos generados por el sector agrario, como la biomasa procedente de la poda de olivo, el cañón de girasol y la madera de la plantación de algodón. De este modo, a partir de la celulosa obtenida se crearán compuestos de alto valor añadido, como la nanocelulosa y el acetato de celulosa, con unas propiedades singulares, que permitan su uso en la industria de transformación de termoplásticos aplicada al sector del envasado alimentario. “Esta iniciativa también va a ayudar a demostrar que el plástico es el mejor material para el packaging alimentario, pues a su bajo coste y ventajas para la conservación y transporte de los productos, se une que puede ser sostenible y de bajo impacto ambiental: de origen vegetal, compostable y con menor consumo de agua y emisiones de gases de efecto invernadero en su proceso de fabricación”, indica Rodríguez.
Este proyecto está en consonancia con la nueva Estrategia Europea de Plásticos, que pretende desarrollar y buscar nuevos materiales, productos y procesos que se basen en los principios de sostenibilidad, ecología industrial, ecoeficiencia y química verde, priorizando el desarrollo basado en la economía circular y bioeconomía. El proyecto está financiado por la línea de ayudas para la realización de proyectos de I+D+i para Agentes Privados del Sistema Andaluz del Conocimiento de la Consejería de Economía, Conocimiento, Empresas y Universidad de la Junta de Andalucía.