La firma de un nuevo convenio de colaboración con el Instituto Provincial de Bienestar Social de la Diputación de Córdoba en favor del proyecto “Hogar de Tardes Mamá Margarita” contribuye al acompañamiento a la infancia montillana más vulnerable con objeto de minimizar las brechas ocasionadas por la pandemia.
El Instituto Provincial de Bienestar Social reafirma su compromiso por ofrecer cauces apropiados que favorezcan la participación de la comunidad a través de la ejecución de proyectos a realizar por las entidades sociales de la provincia de Córdoba. La situación actual de crisis social y sanitaria requiere de un especial esfuerzo de todas las entidades que desarrollan su trabajo en pro del bienestar social y de la mejora de las condiciones de vida de la ciudadanía, además de una estrecha labor de colaboración y coordinación. En este sentido, las asociaciones y colectivos sociales de diferentes ámbitos son, especialmente en estos momentos, pilares fundamentales con los que las administraciones públicas han de colaborar para contribuir a esa mejora de las condiciones de vida de la población en mayor situación de vulnerabilidad, y particularmente ahora para enfrentar y paliar los devastadores efectos derivados de la pandemia.
En este contexto de crisis global, la ayuda de 10.000 euros concedida por el Instituto Provincial de Bienestar Social a la Fundación Social Universal viene a sumar recursos muy necesarios en el Hogar de tardes Mamá Margarita para seguir trabajando en el fortalecimiento de los procesos de desarrollo educativo, social y personal de 36 niños y niñas en situación de vulnerabilidad en Montilla, favoreciendo el mantenimiento de un espacio de protección y crecimiento, haciendo partícipes y/o empoderando a los titulares de derechos, responsabilidades y obligaciones.
El Hogar de Tardes Mamá Margarita cumplirá diez años la próxima primavera en su apuesta para hacer valer los derechos de la infancia, principalmente de aquella que vive y siente más vulnerados en sus derechos fundamentales. El Hogar de Tardes es un espacio confortable donde cada niña y niño se siente seguro, querido, escuchado, donde encuentra arropo, consuelo y esperanza cuando tiene un problema o se siente mal. Es ese espacio al que acude a gusto porque sabe que allí encuentra las fuerzas y la alegría para levantarse y seguir adelante cuando cae, la luz cuando está perdido y el camino para alcanzar sus metas. Y también es ese espacio donde compartir buenos momentos y crecer felices.
En estos tiempos en que los efectos de la pandemia se ceban de manera exponencial con los grupos más vulnerables, la ayuda comunitaria y el apoyo de las instituciones es más necesaria que nunca para que entre todos podamos elaborar respuestas eficaces que ayuden a garantizar los derechos de niños y niñas, de manera que vivan en entornos de bienestar y desarrollo.
El Hogar de Tardes Mamá Margarita es una iniciativa que se enmarca en el área de Infancia, Juventud y Familia de la Fundación Social Universal. En la actualidad acoge a 36 menores con edades comprendidas entre los 5 y 17 años que cada tarde acuden a su “segundo hogar”, donde se esfuerzan y trabajan, juegan, comparten, aprenden, lloran, ríen y donde viven y crecen de la mano de un equipo de educadoras y voluntarios que guían este proceso dando lo mejor de sí mismos.
El Hogar de Tardes es una ayuda y un refuerzo en el entorno familiar, prestado en coordinación con los Servicios Sociales Municipales, los Centros Educativos y las familias de estos menores. Los niños y niñas tienen aquí monitoras y educadoras que les dan su afecto, los escuchan y acompañan cuando cuentan sus inquietudes, preocupaciones, problemas y cuando comparten los buenos momentos. Todas las tardes reciben apoyo para hacer sus tareas y llevar bien el curso escolar, aprenden a asearse y llevar ropa apropiada y limpia, meriendan de manera saludable, reciben acompañamiento y orientación cuando tienen problemas de salud o de cualquier tipo. En el Hogar de Tardes se les prepara y anima para que participen en actividades extraescolares, para que se sientan incluidos en su entorno social y se potencian sus capacidades y habilidades personales. Se les brinda confianza y seguridad en sí mismos. En definitiva, cuentan con un acompañamiento permanente en su proceso de construcción y desarrollo personal.