En diálogo con la pintura de la colección Carmen Thyssen expuesta en la segunda planta de la Colección permanente, estas cinco obras invitadas, procedentes del Museo Unicaja Joaquín Peinado de la Fundación Unicaja Ronda, muestran uno de los muchos caminos que partieron de la revolución formal desarrollada desde el fin-de-siècle y en los inicios del siglo XX.
Para el pintor Joaquín Peinado (Ronda, 1898-París, 1975) esta trayectoria comenzó con los estímulos recibidos en Madrid en su juventud de artistas como Pla, Romero de Torres o Sorolla, y del ambiente lleno de ansias de renovación en el que se gestó el llamado arte nuevo español. Además, su contacto en París con Picasso y con otros jóvenes pintores españoles de su generación que iniciaron su aproximación a la modernidad desde el cubismo fue determinante para su obra.
Instalado en la capital francesa desde 1923 hasta su fallecimiento, Peinado transitó por diversas propuestas de vanguardia. Un neocubismo reinterpretado a partir Picasso y Juan Gris, los nuevos realismos de entreguerras, algunos tanteos surrealistas y de abstracción, o la figuración lírica de la Escuela española de París se manifiestan en su arte de los años veinte, como base del que será su estilo de madurez, verdaderamente personal, alcanzado, tras un decenio de paréntesis en su actividad pictórica, en las décadas de 1940 y 1950.
A este período pertenecen las obras expuestas, que demuestran la presencia constante de la lección de Cézanne y del cubismo, que el pintor nunca abandonó, en un lenguaje constructivo, de formas geométricas y planos de color y líneas que conviven, sin embargo, con claras referencias figurativas y sugerencias líricas. Un arte, en definitiva, libre y entregado a la exaltación de los valores puramente plásticos.