Un proyecto subvencionado por el Ayuntamiento de Sevilla con un único objetivo: Facilitar la inserción sociolaboral de los colectivos más desfavorecidos.
Por tercera edición consecutiva la Fundación Doña María ha desarrollado el proyecto Fundomar Sevilla Integra, superando ampliamente los objetivos esperados.
Más de 400 personas han participado en nuestro proyecto, de las cuales, más de 350 personas han recibido formación en competencias transversales para el empleo, en materias como marca digital, búsqueda activa de empleo, habilidades sociales para el empleo, entrevista, mercado laboral post pandemia, etc.
Igualmente, más de 150 personas han participado en nuestras quince acciones formativas en competencias técnicas, centrándonos en yacimientos de alta empleabilidad: Atención sociosanitaria en instituciones, ayuda a domicilio, logística, formación on-line, atención al cliente, manejo de carretilla, manejo del programa SAP, etc. Un proyecto con una perspectiva muy femenina, puesto que el 70% de las participantes han sido mujeres.
MAS DE CIEN INSERCIONES LABORALES
Un proyecto que no habría sido posible sin dos factores: El primero la ilusión y el esfuerzo de las personas participantes, y en segundo lugar las mas de 70 empresas e instituciones que han colaborado en el proyecto acogiendo a nuestro alumnado en prácticas. Instituciones muy diferentes, como la Fundación Real Betis, los Hospitales Quirón y Sagrado Corazón, librería Caótica, Orden de Malta, Clecce, Cáritas, Sola Ricca, Fundación Auxilia, Tecade y muchas otras que han puesto su granito de área apostando por el empleo en los colectivos con mayores dificultades.
Unas prácticas, que gracias a la motivación y el trabajo de nuestros participantes y al apoyo de las instituciones colaboradoras se han transformado en más de cien inserciones laborales producidas dentro del programa.
HISTORIAS DE SUPERACIÓN
Además de las cifras, nuestro proyecto está lleno de historias de superación personal, historias como las de M.J que con 58 y tras siete en desempleo ha sido contratada en la misma empresa donde realizó sus prácticas, o M.F, que tras sufrir violencia de género ha sido capaz de reinventarse profesionalmente y encontrar un empleo que le permita reconstruir su vida. O el caso de N. que con tan solo 15 años llegó a España huyendo de un futuro imposible y que tras acceder al programa ha aprovechado todas las oportunidades que se le brindaron con el resultado de su inserción en el mundo de la hostelería. O el de M.D. refugiado político que, con tan solo 18 años, y tras el genocidio de sus padres ha llegado a nuestro país para poder mantener a sus dos hermanos menores atrapados en su país de origen.