El museo Carmen Thyssen llega a la recta final de la exposición temporal La ilusión del Lejano Oeste, que cerrará definitivamente sus puertas el próximo 19 de marzo. Hasta entonces, se sigue teniendo la oportunidad de hacer un recorrido por el centenar de obras de artistas del siglo XIX que componen la muestra en la que se revisa los arquetipos y mitos de este momento histórico, al que se suma una sección dedicada a los bandoleros andaluces.
La conquista del Lejano Oeste trascendió a lo largo del siglo XIX su dimensión de acontecimiento histórico fundacional de los Estados Unidos de Norteamérica para convertirse en un mito universal, en el que la leyenda fue sustituyendo a la historia.
En el campo de las artes, la fascinación por los majestuosos paisajes inexplorados –en artistas como George Catlin o Albert Bierstadt–, la curiosidad por las formas de vida y costumbres de las tribus indias –como la mostrada en los grabados de Karl Bodmer–, o la exaltación de tramperos y cowboys –como en las esculturas de Frederick Remington–, se recogieron en un amplio elenco de obras de distintos géneros. La visión romántica de estos artistas sobre los territorios y habitantes al oeste del río Misisipi contribuyó a crear esa «ilusión» de un lugar salvaje, paradisíaco y peligroso que pasó a la cultura popular a través de los mitos de indios y vaqueros surgidos en el siglo xix y consolidados, ya en el XX, por el cine.
En España, ese territorio fabuloso de frontera que puede ponerse en paralelo con el Oeste americano era el de los bandoleros: ladrones y salteadores que actuaban desde las serranías andaluzas de Ronda y Sierra Morena. El Romanticismo tiñó de leyenda a estos personajes, su vida al margen de la ley y su entorno natural que, difundidos por los artistas del siglo XIX en toda Europa, convirtieron el bandolerismo en un tópico del pasado español, también hoy mundialmente conocido.