Andaltec Centro Tecnológico ha patentado un método de despolimerización de lignina mediante microondas, con la colaboración de la Universidad de Jaén. La lignina es uno de los polímeros más abundantes en la naturaleza, presente en los vegetales leñosos, ya que le otorga la función estructural a arbustos y árboles. Se trata de una macromolécula aromática, con multitud de aplicaciones, como fuente de biocombustibles, bioplásticos, moléculas activas y precursores de síntesis. Debido a su estructura compleja, es necesario escindirla en moléculas más pequeñas, esto es, despolimerizarla, para poder aplicarla a usos industriales.
El nuevo método de despolimerización patentado por Andaltec ofrece una notable mejora frente a los procesos actuales. Mientras que los métodos convencionales suelen requerir temperaturas elevadas (hasta 850°C), altas presiones y largos tiempos de reacción (horas o incluso días), el método propuesto opera a temperaturas mucho más bajas (80–120°C) y tiempos cortos (entre 1 y 15 minutos) con una potencia de microondas entre 50 y 100 W. Además, elimina la necesidad de catalizadores metálicos costosos, ácidos fuertes o bases, y disolventes nocivos, utilizando en su lugar nanoplaquetas de grafeno (GNPs) como catalizador, que son económicos, eficientes y ambientalmente sostenibles.
Con estas condiciones de reacción, además de reducir considerablemente el consumo energético, también disminuye el impacto ambiental y los costes asociados, posicionándolo como una solución más eficiente y sostenible para la despolimerización y valorización de la lignina. Además, aumenta la versatilidad del procedimiento, ya que se puede emplear para la despolimerización de otro tipo de moléculas con interés tecnológico.
El responsable de la Oficina de Proyectos Europeos de Andaltec, Francisco José Orriach, explica que las moléculas obtenidas tras la despolimerización pueden ser precursoras para el desarrollo de nuevos materiales biobasados, como los bioplásticos. “La innovación que posee este nuevo método es el uso de estas nanoplaquetas de grafeno como catalizador, ya que se consigue una alta eficiencia de conversión de radiación microondas en calor, facilitando la transferencia de energía hacia los enlaces de la molécula de lignina y, por tanto, su despolimerización. De esta forma, se requiere una menor cantidad de energía y tiempo para el proceso, reduciendo costes y logrando una despolimerización mucho más sostenible, pues también disminuyen las emisiones de CO2 y el uso de disolventes y agentes contaminantes”, afirma.