En el Perú, y principalmente en las regiones y zonas habitadas por población en pobreza y pobreza extrema como Cusco, se han agudizado los niveles de desnutrición y de anemia en la infancia, adolescentes y las madres gestantes y puérperas. Esta situación, que ya se daba con bastante énfasis en las zonas urbano marginales antes de la pandemia, se ha incrementado en la actualidad debido a la recesión de la economía, donde cerca de 4 millones de peruanos perdieron sus empleos y fuentes de ingresos por lo que enfrentan serias dificultades para cubrir la canasta básica de alimentación.
La anemia es un problema de salud pública global que, durante los primeros años de vida de la persona, tiene efectos severos sobre el desarrollo a nivel cognitivo, motor, emocional y social, afectando incluso la capacidad de aprendizaje de la infancia. Según la Encuesta Demográfica y de Salud Familiar – ENDES del INEI, el Perú registra un 40% de niños y niñas menores de tres años con anemia; en la Región Cusco se registra un 53,7% de anemia infantil, situándose por encima del nivel nacional, y un 20,9% de anemia en las mujeres. Durante toda la pandemia, el Estado se ha centrado en dar prioridad de atención a los casos COVID-19, relegando la atención a las personas que adolecen de otras enfermedades, especialmente al cumplimiento del plan nacional de lucha contra la anemia.
En este contexto, el proyecto busca articular el trabajo de los diferentes actores del sector público, principalmente las municipalidades y el sistema de salud, así como con entidades privadas y organizaciones de la sociedad civil, para concertar estrategias destinadas a la lucha contra la anemia, cuyos índices en la población vulnerable continúan vigentes de manera alarmante. Por una parte, se promocionará el acceso a una alimentación sana y saludable con productos y suplementos ricos en hierro. En paralelo, se intervendrá sobre los factores que generan enfermedades infecciosas, que a su vez provocan enfermedades diarreicas en la población vulnerable, promoviendo la mejora en los hábitos de higiene, limpieza, manipulación de alimentos y el consumo de agua segura. Finalmente, pero de enorme importancia para la sostenibilidad de la propuesta, se fortalecerán las Instancias de Articulación Local – IAL, lideradas por la autoridad municipal, cuyo propósito es concertar esfuerzos en la lucha contra la anemia, para lo que se espera formar al funcionariado y a la sociedad civil a fin de abordar la problemática de manera articulada.
En relación al primer componente se implementará un plan de despistaje de anemia a 200 niñas, niños, adolescentes y mujeres gestantes y puérperas; se desarrollarán dos talleres de capacitación con sesiones demostrativas por cada organización territorial para mejorar las prácticas de alimentación con alimentos ricos en hierro, variados, nutritivos, locales y en cantidad adecuada; se celebrarán participativamente dos ferias y cuatro campañas itinerantes con concursos para la promoción del consumo de alimentos ricos y fortificados con hierro, y se realizarán 50 visitas domiciliarias de consejería nutricional dirigida a madres, padres, cuidadoras o cuidadores de niñas, niños y adolescentes
El segundo componente considera dos actividades relacionadas con el agua: desarrollar dos campañas de despistaje y tratamiento de la parasitosis intestinal dirigida a 100 niñas, niños, adolescentes y cuidadores de zonas periurbanas y rurales, y desarrollar una campaña distrital de buenas prácticas de higiene y limpieza, manipulación y almacenamiento del agua en los depósitos o recipientes previstos en los hogares y la comunidad, que eviten el contacto con agentes contaminantes del agua en cinco comunidades y cinco barrios periféricos de la ciudad.
Finalmente, en tercer lugar, desde el proyecto se facilitará la formulación e implementación de planes operativos de las Instancias de Articulación Local – IAL de los distritos de Lucre, Oropesa, San Jerónimo, Cusco, Santiago y Poroy: se implementará un curso de formación en “Estrategias para la implementación de políticas de lucha contra la anemia”, dirigida a 25 funcionarios de 6 municipalidades y actores de la sociedad civil, y tres talleres de capacitación en estrategias de incidencia en las políticas públicas de lucha contra la anemia dirigido a 25 líderes mujeres y hombres de las organizaciones rurales y periurbanas.
A lo largo de los últimos años, estos ayuntamientos, con el apoyo de la Diputación de Córdoba, han contribuido decisivamente a mejorar la calidad de vida de la población de la mancomunidad, demostrando avances significativos en el fortalecimiento de capacidades y la mejora de las condiciones de vida, para hacer frente al climático y las consecuencias de la actual pandemia por COVID-19. En particular, su cooperación se ha destinado a los campos de la gestión territorial, el fortalecimiento institucional, el acceso al agua y saneamiento básico, la alimentación saludable, la educación rural y la protección de los recursos naturales.