El 17 de noviembre, se celebra el Día del Niño Prematuro. Esta fecha, que se conmemora desde el año 2009, pretende concienciar sobre una realidad que puede producirse por diferentes causas y que -en muchas ocasiones– con el tratamiento adecuado, puede evitar que queden lesiones permanentes en el recién nacido.
Todo niño que nazca antes de la semana 37 de gestación ya se considera prematuro pero, lógicamente, las consecuencias varían mucho en función de en qué momento se produzca el nacimiento, siendo clave cada día.
Francisco Jiménez Parrilla, profesor del Máster en Atención Temprana del Instituto de Posgrado CEU Andalucía -donde imparte los módulos Problemas en el parto. Asfixia perinatal y Prematuridad- y facultativo y especialista en Pediatría de la Unidad de Gestión Clínica de Neonatología del Hospital Universitario Virgen del Rocío de Sevilla, explica que “cada año, uno de cada diez niños que nacen en el mundo es prematuro. Gracias a los actuales conocimientos y tecnologías, el gran inmaduro -que hace años fallecía- actualmente sobrevive, pero continúa siendo un enorme reto el poder proporcionar un futuro sin secuelas para estos niños”.
Por ello, considera fundamental señalar esta fecha en el calendario, ya que permite “dar a conocer que existe el problema, ayuda a trasmitir el impacto de esta cuestión, no solo de salud para los niños o económico para la administración y las familias, sino el impacto emocional que supone. Hay que mostrarlo y concienciar”.
Posibles razones y consecuencias
Respecto a cuáles son las razones que pueden provocar el nacimiento de niño de forma prematura, indica que “a pesar de que es un problema actual y relevante en nuestro medio, las causas concretas que provocan un parto prematuro no se conocen con exactitud. En escasas ocasiones existe una causa única que lo desencadene, siendo lo frecuente una suma de razones el origen de la mayoría de los partos prematuros. En general, se consideran factores de riesgo el parto múltiple, edad materna avanzada, patología materna de base -como la obesidad o la hipertensión-, o infecciones. La presencia de técnicas de reproducción asistida, muchas veces no por la técnica en sí, sino por las connotaciones sociales y biológicas que han rodeado la decisión de utilizarlas, se ha relacionado con el parto pretérmino. Especial atención tendríamos que poner sobre el estrés materno, un estrés global que llamaremos psicosocial.
Estas situaciones de estrés -familiares, personales, laborales, emocionales- que pueden rodear a la futura madre está frecuentemente implicado en problemas en el periparto y, por supuesto, en el nacimiento de un niño prematuro”.
Sobre las consecuencias que puede tener un parto prematuro en la salud del niño, señala que “es la principal causa de muerte en los recién nacidos y la segunda en el mundo en menores de cinco años”. Además, hace hincapié en el terreno psicológico, “supone un impacto emocional importante para su familia. Los padres no pueden irse a casa con el bebé y tienen que pasar mucho tiempo en el hospital, estancia que en muchas ocasiones está gravada por problemas médicos. El niño se enfrenta a patologías médicas derivadas de su maduración en condiciones no ideales y la familia a soportar un gran choque afectivo”.
En este sentido, subraya que “es importante que el cuidado de los niños sea exquisito para evitar riesgos y problemas en la maduración pulmonar, visual o del cerebro. Este último punto es el que más preocupa, de ahí el trabajo de la unidades de neonatal en enfocar nuestros cuidados en la neuroprotección. El contacto con la piel de sus padres genera beneficios demostrado científicamente, que deben entenderse como un tratamiento más y han de integrarse en una filosofía de nuestras unidades. Otros problemas, como las infecciones, continúan siendo hoy otro caballo de batalla. Garantizar una nutrición adecuada mediante la leche materna es básico y fundamental para lograr todos nuestros objetivos”
La importancia de la Atención Temprana
“Conocer la evolución y el progreso que manifiestan los bebés prematuros en sus primeros meses de vida suelen ser esenciales para valorar y predecir tanto las posibilidades como las posibles repercusiones que puedan mostrar en su desarrollo a largo plazo”, recalca Francisco Jiménez Parrilla.
El temario que imparte en el marco del Máster en Atención Temprana tiene como objetivo “hacer llegar al alumno la importancia de este problema, que presenta unas características muy específicas y que necesitará un abordaje concreto. Conocer el camino, las razones que han llevado al niño a un nacimiento prematuro y un largo recorrido en muchas ocasiones de hospitalización prolongada es fundamental. Comprender es la mejor manera de tratar”.
Asimismo, recuerda la importancia que tiene la Atención Temprana para corregir esos problemas que puede conllevar un parto prematuro en la salud del niño. “Esta disciplina tiene como objetivo mejorar o prevenir los probables déficits en el desarrollo psicomotor en los niños prematuros. Crea ambientes ricos en estímulos que permiten potenciar la adquisición de capacidades que no han sido debidamente maduradas, brindando una gran
oportunidad para desarrollar al máximo sus habilidades. Mediante la plasticidad cerebral, somos capaces de modificar hábitos o conocimientos predeterminados y aprender cosas nuevas. Entendida como la capacidad de cambiar para aprender de nuestro cerebro, esta capacidad de adaptación del sistema nervioso central es máxima en estos niños. Este potencial de aprender lo trabajaremos en la atención temprana”, concluye.