De este modo se rinde homenaje al impulsor de Fundación Río Tinto y presidente durante los últimos 19 años
En un sencillo acto celebrado esta mañana en Minas de Riotinto se ha descubierto un rótulo con el nombre de Rafael Benjumea en la fachada del Archivo Histórico Minero de Fundación Río Tinto. De este modo se materializa el acuerdo adoptado por el Patronato de la Fundación en su sesión celebrada el pasado mes de junio, de dar al Archivo Histórico Minero el nombre del que fuera Presidente de la institución entre los años 2003-2021, Rafael Benjumea Cabeza de Vaca. Se rinde así homenaje a la figura del fundador de la institución, ideólogo del Parque Minero y máximo defensor de la conservación y difusión del patrimonio minero e industrial de la Cuenca de Riotinto.
El acto ha estado presidido por la Alcaldesa de Minas de Riotinto, Rocío Díaz Cano, y la Presidenta de la Fundación, María Benjumea Cabeza de Vaca, y ha contado con la presencia de los miembros del Patronato, personal de Fundación Río Tinto y varios invitados que tuvieron relación con Rafael Benjumea. El director del Archivo, Juan Manuel Pérez, glosó en una breve intervención la función y relevancia del mismo.
Desde la creación de la Fundación en 1987 ha ocupado un lugar preminente la organización del Archivo Histórico y la puesta en valor de su patrimonio documental. Desde entonces viene desarrollando un conjunto de actividades administrativas y técnicas tendientes a la planificación, manejo y organización de los documentos con el objeto de facilitar su utilización y conservación final como fuente de investigación histórica.
Su importancia como uno de los archivos empresariales más importantes de España viene avalada por la ingente masa
documental que custodia, más de 60.000 unidades documentales, entre las que están dispuestos a la investigación 9.085 legajos, 14.388 fotografías, 8.364 unidades de documentación cartográfica y 49 expedientes personales de empleados, tanto obreros como staff, que son utilizados habitualmente por numerosos investigadores.
Anualmente recibe una media de 500 consultas y acoge en sus instalaciones, antes de la pandemia, alrededor de 260 investigadores cada año, que bucean in situ en sus fuentes. Aunque la tendencia es la consulta online, para lo que están disponibles 754.433 documentos digitalizados. Durante 2020, primer año de la pandemia, se sirvieron a través de internet 1.200 documentos en formato electrónico, que han aumentado a 1.925 durante 2021.
Sería imposible reseñar la cantidad de trabajos de investigación y monografías que tienen al Archivo Histórico Minero “Rafael Benjumea”, como fuente de investigación, de temática y objetivos muy variados, como investigación académica de profesores y estudiantes (doctores, másteres, grados, etc.), consultas administrativas, estudios genealógicos, exposiciones temáticas, ilustraciones de libros y revistas, prensa, trabajos de investigación mineros, memoria histórica, publicaciones, proyectos técnicos, programas de televisión, etc., que hacen del Archivo un referente nacional para la investigación de la minería contemporánea.
En cuanto a la historia del edificio que alberga el Archivo, es una de las construcciones típicamente inglesas que efectuó la Rio Tinto
Company Limited en la colina sur de El Valle, antes de la segunda planificación de Riotinto diseñada por el arquitecto inglés Alan Brace y llevada a cabo entre los años 1927 y 1932, ya que su construcción empieza en 1925 y finaliza en 1926 con un coste total de 26.437,04 ptas.
Su función primigenia fue de Agencia de Trabajo, creada en 1913, para controlar los asuntos laborales, como consecuencia de la huelga de julio de ese mismo año. Pero no abre sus puertas hasta el 15 de abril de 1914, primero en un edificio del Alto de la Mesa y posteriormente en este lugar.
A partir de 1943 fue denominado Oficina de Registro del Personal Y desde 1990 es la sede del Archivo Histórico Minero “Rafael Benjumea”, para albergar toda la documentación generada por las distintas compañías que explotaron las minas.
La Agencia de Trabajo surge como estrategia de control burocrático para todo el personal, implanta métodos sistemáticos de vigilancia a través de los documentos y fichas individualizadas. A partir de 1913 los trabajadores contratados serán perfectamente estudiados, analizados y encasillados antes de su contratación. En su día se erigió como un auténtico centro de actividad laboral y de control social, no solo para los trabajadores, sino para el conjunto de la sociedad comarcal. En la Agencia se centralizaba toda la información que fluía por las densas redes establecidas por la Rio Tinto Company Limited a través de sus guardiñas, capataces y directivos.
Actualmente como sede del Archivo Histórico Minero “Rafael Benjumea”, adquiere una importancia patrimonial extraordinaria, en
cuanto que aglutina una abundante masa documental generada por las distintas compañías mineras que explotaron las minas de Río Tinto y de otras minas de la provincia de Huelva. Su contenido abarca tanto series del mundo del trabajo, como series técnicas que testimonian la explotación minera que han moldeado la comarca de Riotinto y su sociedad en torno a una cultura minera específica.