En el Salón Mudéjar del Rectorado tuvo lugar el acto de presentación del «Estudio de la huella de carbono del Banco de Alimentos Medina Azahara de Córdoba», realizado por el Grupo de Investigación Eco.Efficient Croping Systems bajo la dirección del Prof. Luis López Bellido, quien acudió a la misma junto con la vicerrectora de Ordenación Académica y el Presidente del Banco de Alimentos.
El profesor López bellido comenzó refiriéndose a la The Global FoodBanking Networ que en 57 países, atiende a 62.5 millones de personas necesitadas y que en España a través de la Federación de Bancos de Alimentos reparte al año 150 millones de kilos alimentos, con una amplia relevancia social y solidaria de voluntariado que tiene una contribución social y solidaria poco conocida.
En este contexto el objetivo del estudio ha sido calcular la huella de carbono (C) en las instalaciones y servicios de dicho Banco de Alimentos de Córdoba y estudiar las estrategias para reducir las emisiones de gases de efecto invernadero derivadas del desarrollo de su actividad
El Desperdicios de Alimentos a nivel mundial se establece en: 1300 millones de t/año (lo que representa un tercio de los alimentos producidos) lo que supone una fuerte carga ambiental siendo hasta hora poco estudiada la huella de carbono.
El papel de los Bancos de Alimentos es la mejor opción . puesto que Según un estudio de “The Global Food Banking Network”, los bancos de alimentos evitaron se desperdiciaran en torno a 2.68 millones de toneladas de alimentos excedentes, lo que ayudó a contribuir a una mitigación anual de aproximadamente 10.540 millones de kg de emisiones de GEI anualmente.
La huella de carbono de una unidad funcional es el impacto climático bajo una medida especificada, que considera todas las fuentes relevantes de emisiones, sumideros y almacenamiento de C y otros GEI; tanto en el consumo como en la producción, dentro de un sistema limitado espacial y temporalmente”. La huella de C del desperdicio de alimentos se establece desde la cuna, incluyendo hasta la entrega al supermercado, multiplicado por la cantidad de producto desperdiciado en este. Dicha huella para los diversos productos es determinada en base a la literatura de evaluación del ciclo de vida existente.
El Balance anual de Carbono en el Banco de Alimentos de Córdoba se ha calculado restando a las emisiones generadas por el Banco las emisiones evitadas por el aprovechamiento de alimentos potencialmente desechables que arrojan una cifra de 547.857 kgCO2eq/año
En definitiva, la huella de C anual del Banco por kg de alimento gestionado hay que calificarla de “negativa”, lo que equivale a un balance de emisiones de GEI altamente favorable y ambientalmente muy positivo de la actividad del Banco