La reducción al absurdo de lo cotidiano de casi todos los componentes que forman parte del trabajo artístico, desde la elección casual de las imágenes de partida, hasta el saqueo de estilos y referencias, pasando por el libre uso de materiales, despierta una sensación de vértigo. Hay algo opresivo en esa recurrencia continua a mediaciones, dependencias, adicciones, clichés, tópicos gruesos, los cuales, sin embargo, revelen de forma contradictoria la existencia de un flujo de conciencia profundamente individual y libre, que maneja los resortes a su antojo. Y sin embargo persiste el drama, en la imposibilidad aparente de zafarse de ellos. Quizás haya algo como un alma, un espíritu, un inconsciente o una conciencia, pero no se manifiestan más allá de unos signos finitos, perecederos. Esa escisión es la que se manifiesta en la obra de Fernando, empleando la ironía más como bálsamo que como sistema.[br]
Así se expresa
J. M. Pereñíguez en el catalogo de la exposición..[br]
El horario y fechas de apertura al público son: de lunes a viernes, de 18 a 21:30 y los sabados de 11 a 14 desde el 25 de junio al 10 de julio.