La Fundación Doña María, gracias a la colaboración de la Fundación Cristina Heeren, realizó por primera vez el acto de entrega de los carnés de voluntariado a las personas involucradas en la fundación. El acto, que tuvo lugar en el nuevo Centro de Mayores Fundomar y Sede de Integración Doña María, fue amenizado con un gratificante espectáculo de cante, baile y guitarra que venía de la mano de los alumnos de la escuela de arte flamenco. Una tarde de encuentro entre mayores residentes, visitantes y todo el voluntariado de Fundomar.

Ni os imagináis el gesto de felicidad, de actividad, de recuerdos, y de deseo de repetir el repertorio y disfrute de este acto de flamenco y vida. Nuestro propósito es continuar con la realización de actividades como ésta, basadas en la entrañable labor de atención al mayor. En la programación para este año se requerirá, sin duda, la inestimable ayuda del voluntariado.

El formato de carnés de plástico recuerda a una tarjeta de crédito que en este caso no tiene dinero, aunque sin duda aporta a quien lo recibe una acreditación o cupo de responsabilidad con la Solidaridad, la Entrega la Responsabilidad Social.

Son todos los que están, pero no están todos los que son, eso suele pasar. Si repasamos todos los talleres y actividades de los presentes como el ropero, la entrega y mediación de enseres, la recogida y distribución de alimentos de la conferencia de San  Vicente de Paul, informática para mayores y personas en res, autoestima, Español, Iniciación al Árabe, orientación sociolaboral, visitas culturales, el Punto de escucha a la mujer de las Hermanas de Adoratrices, las clases de sevillanas de Clara, incluso ahora Cristina Heeren, observamos que hoy faltan los irlandeses del proyecto New Direction, el grupo de adolescentes del Programa de Educación Social- Claret, varias personas voluntarias que por motivos personales no han podido venir y nuestra decana, Cinta Barrero que nos dejó recientemente, y por quien pedimos una oración y un aplauso  dedicado a ella, allá en el cielo.

Un saludo a todos, gracias por venir y hasta la próxima.

 

  • Rellenando un hueco que la sociedad civil soluciona desde antaño y que paga con la mejor moneda: el agradecimiento íntimo, interno y eterno, la amistad, la solidaridad, la experiencia, la felicidad, incluso la diversión, conjunto de valores que permite al voluntariado realizar una actividad interesante como es la ocupación positiva del tiempo libre. Esto no es más que una razón de equilibrio, de formación, y de madurez.