Los fundadores de la ONG de desarrollo Centro de Educación y Comunicación Guaman Poma de Ayala, el montillano Chema Gómez y su esposa Asunción Marco; el maestro y divulgador especialista en educación emocional, José María Toro, y el destacado activista en defensa del Parque Nacional de Doñana, Juan Romero, fueron reconocidos el jueves 12 de septiembre con los premios Fundación Social Universal a la Defensa de los Valores Humanos, Juventud e Infancia y Medio Ambiente, respectivamente.
El docente montillano José María (Chema) Gómez y su esposa, la socióloga Asunción Marco, son los padres del Centro de Educación y Comunicación Guaman Poma de Ayala, una ONG de desarrollo peruana nacida hace 40 años para ser la voz de los sin voz, incidiendo en los procesos de desarrollo y en las políticas públicas para que la sociedad en su conjunto y especialmente los sectores menos favorecidos accedan a oportunidades que les permitan alcanzar una vida digna.
La Fundación Social Universal les concede el Premio a la Defensa de los Valores Humanos en reconocimiento “por haber dedicado sus vidas a la formación y acompañamiento de servidores públicos y ciudadanos, promoviendo procesos de desarrollo local que han contribuido notablemente a mejorar las condiciones de vida de los pueblos del Cusco y del sur andino peruano”.
El Centro Guaman Poma inicia su trabajo en los barrios populares de la ciudad del Cusco en un contexto de profunda convulsión social, crisis económica y política. A lo largo de los años se ha posicionado como una institución de referencia local, regional y nacional en el desarrollo del sur andino peruano, principalmente en toda la región del Cusco, pero también en zonas tan deprimidas del ande, como Puno, Madre de Dios y Apurimac.
Interviene en el territorio desde 7 ejes estratégicos: Gobernabilidad Democrática; Vivienda, Servicios Básicos y Estilos de Vida Saludable; Gestión Territorial y Ambientalmente Sostenible; Gestión Concertada en el Desarrollo Económico Territorial; Inclusión Étnica – Cultural con Equidad de Género y Desarrollo Organizacional, que se operativizan a través de 3 programas institucionales: Hábitat y Ciudadanía, Desarrollo Económico Local y Seguridad Alimentaria.
La Fundación Social Universal trabaja con esta asociación desde hace 20 años con casi una centena de proyectos financiados por entidades tan relevantes como la AECID, la AACID, el Parlamento de Andalucía, la Diputación de Córdoba y el Ayuntamiento, colaborando en el desarrollo de las capacidades de multitud de autoridades y funcionarios públicos y dirigentes sociales, promoviendo el desarrollo económico local, el acceso a servicios básicos de agua, saneamiento, alimentación, salud y vivienda, entre otros.
En la modalidad de Defensa de la Juventud e Infancia se distingue a José María Toro Alé, maestro y divulgador especialista en educación emocional, “por su extraordinaria labor en la formación personal de padres y madres, maestros y otros colectivos profesionales en la educación desde los valores y la pedagogía emocional, haciendo que la escuela esté al servicio de la vida”.
Natural de Lora del Río (Sevilla), este docente inició su especial opción por la infancia como educador del Movimiento Junior. Con 36 años a sus espaldas dedicados a la docencia, su dilatada trayectoria profesional se divide en dos grandes momentos. El primero, su ejercicio como maestro, que iniciaba en el año 1983 y que desarrolló especialmente en su pueblo natal y en el vecino municipio de Peñaflor. El segundo, en el que se encuentra ahora, es una labor divulgativa en la que comparte y difunde al profesorado, alumnado, familias, agentes sociales y personas educadoras lo que fue su experiencia con la infancia. Afirma que “no ha dejado la escuela, sino que ha ampliado sus muros, ahora tiene el mundo por aula». Asimismo, ha publicado una decena de libros, entre ellos, Educar con co-razón, libro de lectura obligada en varias universidades españolas y que va ya por su 18ª edición.
José María Toro ha centrado su obra en la necesidad de cultivar y desarrollar las emociones. Suele recurrir a metáforas y juegos de palabras para explicar que en la educación los niños y las niñas deberían ser acompañados para entrar en “su corazón”, pero para ello los docentes también deben recorrer ese camino. José María ha participado y ha formado a centenares de docentes en numerosos cursos, jornadas, conferencias y seminarios por toda España y Latinoamérica.
Este maestro ha enamorado a muchos doctores y catedráticos de universidad, su labor investigadora y divulgadora se basa en aspectos como el desarrollo de actitudes creativas en el quehacer de la vida cotidiana, la formación personal de padres y madres, maestros y otros colectivos profesionales, la educación desde los valores, la pedagogía emocional y la meditación.
Como Premio a la Defensa del Medio Ambiente, la Fundación Social Universal destaca la labor de Juan Romero Romero, activista incansable en la lucha por la protección y conservación de la Naturaleza, “por su destacado compromiso en la defensa de los espacios protegidos, especialmente en Doñana, y por haber sembrado en la juventud el mejor legado para la conservación de nuestra biodiversidad y de un futuro sostenible”.
Natural de Berrocal (Huelva), maestro de primaria y músico, persona de talante dialogante y mediador, ha protagonizado algunos de los momentos claves en la defensa del Parque Natural de Doñana. Su implicación en la defensa del medio ambiente nace en los años 80, cuando el movimiento ecologista se iba fraguando en Huelva. En 1984, conjuntamente con miembros de la Coordinadora Ecologista de Huelva, que formaba parte de la Confederación Ecologista Pacifista de Andalucía (CEPA), se encadenó en las puertas de Medio Ambiente. También participó activamente en 1988 en las movilizaciones contra la construcción de Costa Doñana, un proyecto de urbanización de 6 kilómetros con 32.000 plazas hoteleras y campo de golf en la duna fósil de El Asperillo (Doñana) que lograron tumbar.
En enero de 1995 fue nombrado representante de las asociaciones conservacionistas andaluzas en el Patronato de Doñana, que luego pasó a ser Consejo de Participación del espacio natural protegido, donde ha vivido grandes alegrías y grandes sinsabores medioambientales. Recién consolidada la Confederación de Ecologistas en Acción, Juan Romero anunció y denunció en el Órgano colegiado lo que se convertiría en la mayor catástrofe ambiental ocurrida en Andalucía en abril 1998: la rotura de la presa de la balsa de decantación de la mina de Aznalcóllar, propiedad de Boliden, vertiendo 6.000.000 metros cúbicos de lodos tóxicos sobre las riberas de los ríos Agrio y Guadiamar, que afectaron a 4.634 hectáreas en el entorno del parque de Doñana.
Los representantes ecologistas han trabajado unidos en el Consejo de Doñana, obteniendo con esta colaboración varios logros. En 2008 se paró el oleoducto proyectado con la refinería Balboa en Los Santos de Maimona (Badajoz). Ese mismo año, se logró el cese de las siembras de 5.000 nuevas hectáreas de eucaliptos en la finca Cerrado Garrido ubicada en las marismas, a escasos 100 metros del Parque Natural. En octubre de 2009, se logró paralizar un proyecto de dragado de profundización del Río Guadalquivir consistente en aumentar el calado del río en dos metros de profundidad de media en el canal de navegación. En 2006 Ecologistas en Acción logró una sentencia condenatoria que supuso un punto de inflexión en la impunidad de los abusos agrícolas. En 2009 llegaron varias denuncias a la Comisión Europea por la situación de sobreexplotación del acuífero y el deterioro de los ecosistemas de Doñana, entre ellas la de Ecologistas en Acción. Pero no ha sido hasta este año 2019 que la Comisión Europea ha adoptado la decisión de llevar a España ante el Tribunal de Justicia Europea por su inacción para proteger este espacio protegido, habiendo sido declarado el acuífero como sobreexplotado por el gobierno.
Juan Romero ha trabajado a lo largo de todo este tiempo de Ecologistas en Acción como tal en materia de eliminación de cultivos de eucalipto en la provincia de Huelva, en la lucha contra el vertedero de residuos tóxicos de Nerva; en materia de contaminación por vertidos; de pérdida de suelo forestal convertido a agrícola de regadío; en la permeabilización de infraestructuras para la fauna, en particular del lince ibérico; en contra del furtivismo y las artes ilegales de caza, la promoción de medidas que favorezcan el anidamiento de aves, en especial en zonas urbanas; y tantos otros casos de perjuicio, alteración o destrucción de recursos naturales.