Al compás de Manolo Soler. Así arrancó el Concurso Talento Flamenco de Baile 2018, dedicado al recordado maestro sevillano del baile y la percusión. Como subrayó el cantaor Segundo Falcón, asesor artístico del Instituto Andaluz del Flamenco, “fue un artista pionero, del que muchos pudimos aprender”. De hecho, entre sus discípulos están algunos jóvenes artistas que, como El Choro, Luisa Palicio o La Zambra, recibieron sus clases en las aulas de la Fundación Cristina Heeren, que quiere así mantener vivo su recuerdo. Ver proyectado un vídeo de archivo con sus lecciones como prólogo, avivó el ya cálido ambiente del teatro de la escuela, que se vio desbordado de público. Y la competición no defraudó. El finalista que, por sorteo, abrió la final fue quien venció. Juan Tomás Domínguez, natural de la localidad gaditana de Trebujena, se alzó con el primer premio, dotado con Beca Acciona para estudiar el Curso Flamenco Anual 2018/2019 en la escuela, 1.400 euros y trofeo alfarero. El joven artista, de 18 años, interpretó la soleá obligatoria y unas alegrías acompañado por músicos oficiales, la cantaora Rosa Navarro ‘La Divi’ y Pedro Sánchez, ambos docentes del centro.
El segundo premio, 900 euros y trofeo, fue a manos de Sandra Cisneros (Málaga 1989), quien interpretó soleá y taranto respaldada por el guitarrista Camarón de Pitita y los cantaores José Manuel Fernández y Pechuguita. Y el tercer premio laureó a Paula Salazar (Málaga 1993) quien, además de 600 euros, se llevó una beca extra por decisión del jurado. La joven bailaora escogió, junto a la soleá, unas alegría con bata de cola y matón. Las sevillanas Beatriz Cruz de Alba y Alejandra Creo, que participaron con el cantaor y profesor Manuel Romero y el guitarrista Jesús Rodríguez, obtuvieron los accésit. El tribunal lo compusieron los bailaores Milagros Menjíbar, Javier Barón y Luisa Palicio, el asesor artístico del Instituto Andaluz del Flamenco Segundo Falcón y la especialista en danza Marta Carrasco, crítica de ABC. Y mientras deliberaron, dos de los cantaores premiados en la pasada edición de Talento Flamenco, ofrecieron un recital, con el ex-alumno Jesús Rodríguez a la guitarra. La onubense Ana Lorenzo se decantó por granaínas y Antonio Mena por seguiriyas, compartiendo después un mano a mano por fandangos.
La segunda edición de los Concursos Talento Flamenco, organizada por la Fundación Cristina Heeren con la colaboración de Acciona, el Instituto Andaluz del Flamenco, Fundación Montemadrid y AIE, ha premiado a un total de veinticuatro jóvenes artistas de entre 16 y 30 años. Los ganadores del primer premio de cada uno de los ocho certámenes celebrados disfrutarán de una Beca Acciona para estudiar el Curso Flamenco Anual 2018/2019 de la escuela de flamenco en Sevilla, valorada en 4.500 euros. Este galardón de primera categoría ha recaído, además de en el bailaor gaditano Juan Tomás Domínguez, en el onubense Andrés Fernández, primer premio del Concurso de Cante por Fandangos de Huelva; el también onubense Martín Fayos, vencedor del Concurso de Guitarra de Acompañamiento; la granadina Marián Fernández, ganadora del Concurso de Cante por Cantiñas 2018; la onubense Rocío Belén Cuesta, que venció en Cante por Tarantas y Tarantos; el sevillano Kiko Peña, en Cantes de Málaga y Granada; el brasileño Gabriel Matías en Baile Flamenco; y el onubense Moisés Vargas en Cante por Soleá.
Además, los ocho certámenes han repartido un total de 40 premios en metálico, de tres categorías: 1.400 euros para el vencedor, 900 euros para el segundo clasificado y 600 euros para el tercero, más los accésit de 100 euros cada uno. En la primera edición, Talento Flamenco becó a nueve artistas emergentes y premió a un total de 30 aspirantes. Además, los tres ganadores absolutos -la cantaora Lela Soto ‘Sordera’, el bailaor Adrián Domínguez y el guitarrista Blas Martínez- debutaron en el Teatro Central de Sevilla, en el marco del ciclo Flamenco Viene del Sur 2018. Los becados están ahora en las aulas de este prestigioso centro de formación, con más de veinte años de historia. El objetivo de Cristina Heeren es respaldar a los jóvenes en su formación, pues “en sus manos está el futuro del flamenco”.