La Fundación Cristina Heeren abre las puertas de su nueva escuela de flamenco haciendo un positivo balance de 20 años de trayectoria, al tiempo que mira hacia el futuro con nuevos proyectos. La Fundación de Arte Flamenco inaugura sede en el corazón de Triana (Sevilla), en el número 76 de la calle Pureza, precisamente, el nombre del sello discográfico con el que comenzó su idilio con lo jondo cuando se asentó en Andalucía. “El destino nos ha traído aquí”, afirma la hispanista.
Con sus 1.500 metros cuadrados, nueve aulas, dos patios, salón de actos y estudio, será el mayor centro dedicado a la enseñanza del flamenco en el mundo. El centenar de alumnos actuales -entre andaluces, españoles y extranjeros de unos 40 países- podrán duplicarse en las nuevas instalaciones. No sólo se trata de un traslado, una reunificación y ampliación de aularios, repartidos en la última década entre Heliópolis y El Juncal, sino también de una renovación del plan de estudios, ahora de la mano de Pepa Sánchez, doctora en Flamenco por la Universidad de Sevilla. “Siempre tratamos de mejorar, innovar, pulir”, desde la conciencia de que “los resultados demuestran que el planteamiento inicial era correcto”, explica Heeren.