Unir conservación y desarrollo socioeconómico es el principal objetivo de este proyecto, a través del cual los técnicos de ambos organismos investigan y contextualizan la presencia de las poblaciones de alzacola rojizo (Cercotrichas galactotes), conocido coloquialmente por los viticultores como “rubita” o “colero” en las viñas del entorno de Doñana.
El alzacola es un indicador de biodiversidad de los paisajes mediterráneos humanizados como los del viñedo tradicional de secano. En estos, además de reproducirse, estas aves insectívoras son grandes aliados de los viticultores combatiendo las plagas de las que se alimentan.
Este proyecto propone reforzar las sinergias positivas relacionadas con la conservación del agroecosistema del viñedo tradicional de secano, el turismo de naturaleza conectado a la creación de senderos ornitológicos en los viñedos y el turismo enológico a través de la interpretación del paisaje, de su variedad autóctona “zalema”, así como la puesta en valor de los vinos originarios del Condado de Huelva.
La permanencia del viñedo tradicional en la Comarca de Doñana contribuye a la conservación de zonas de alto interés ornitológico, ya que además del alzacola rojizo, cuenta con la presencia habitual de aves consideradas auténticas “joyas” en Europa, como el abejaruco europeo, el cernícalo primilla o el chotacabras cuellirrojo.
En su fase inicial, el proyecto se desarrollará en el término municipal de Bollullos Par del Condado, donde cuenta con la colaboración desinteresada de un buen número de agricultores.
Fuente: Fundación Doñana 21.