La Fundación para el desarrollo de las Terapias Ecuestres abre su taller infantil «Verano a Caballo» durante los meses de junio y julio. Las Terapias Ecuestres realiza acciones de carácter terapéutico con y sobre el caballo, dirigidas a personas afectadas por enfermedades o alteraciones discapacitantes; bien sean estas físicas, psíquicas, sensoriales o comportamentales; así como en problemas de marginación y/o inadaptación social y que pueden ayudar en la rehabilitación, reeducación y socialización tanto del colectivo de intervención, como, por complementariedad, de su entorno familiar y social.

 

Es, por un lado, un entrenamiento especial físico, aprovechando los movimientos tridimensionales del caballo que trasmite al andar 110 impulsos diferentes por minuto al jinete. El paciente a través del movimiento del caballo desarrolla posturas correctas a través de estimulación propioceptivas y sensomotriz, produciéndose la eliminación de posibles desequilibrios, la regulación del tono y el empleo de funciones articulares y musculares que no están optimizadas.

 

Por otro, hay que sumar los beneficios psicológicos que la equitación les brinda a las personas en general y a los que sufren alguna discapacidad en particular. Ya que aumenta la sociabilidad y la integración. Los alumnos / as se benefician de la sensación de orgullo y autoestima que resulta el hecho de aprender a cuidar, manejar y montar los caballos. El contacto con el caballo y su entorno proporciona un desarrollo sensorial, socio-afectivo, psicomotor y una mejora en la capacidad de aprendizaje a quien lo practica, mediante la vivencia de una actividad distinta. El caballo consigue así que “su particular jinete” se sienta feliz y motivado, por lo que progresa de manera extraordinaria en las sesiones de trabajo.

 

Esta Fundación surge porque somos conscientes de la necesidad de una mayor sensibilización por parte de la sociedad, que haga posible que las personas con necesidades especiales puedan participar en la dinámica de su entorno e integrarse en las estructuras socio – laborales de igual manera que los restantes ciudadanos. Se defiende una actitud que reclama que los seres humanos, independientemente de sus potencialidades y condiciones, tengan derecho a las mismas oportunidades de inserción, inclusión y realización psico-bio-social. Son urgentes, pues, no sólo nuevas actitudes, sino también nuevas formas de intervención.

 

Las Terapias Ecuestres ha tenido un impacto profundo en la vida de las personas discapacitadas, al darles libertad y confianza, potenciando la normalidad y fomentando el sentido de responsabilidad en quienes la practican

La Fundación para el desarrollo de las Terapias Ecuestres abre su taller infantil «Verano a Caballo». Las Terapias Ecuestres realiza acciones de carácter terapéutico con y sobre el caballo, dirigidas a personas afectadas por enfermedades o alteraciones discapacitantes; así como en problemas de marginación y/o inadaptación social y que pueden ayudar en la rehabilitación, reeducación y socialización tanto del colectivo de intervención, como, por complementariedad, de su entorno familiar y social.

Es, por un lado, un entrenamiento especial físico, aprovechando los movimientos tridimensionales del caballo que trasmite al andar 110 impulsos diferentes por minuto al jinete. El paciente a través del movimiento del caballo desarrolla posturas correctas a través de estimulación propioceptivas y sensomotriz, produciéndose la eliminación de posibles desequilibrios, la regulación del tono y el empleo de funciones articulares y musculares que no están optimizadas.

Por otro, hay que sumar los beneficios psicológicos que la equitación les brinda a las personas en general y a los que sufren alguna discapacidad en particular. Ya que aumenta la sociabilidad y la integración. Los alumnos / as se benefician de la sensación de orgullo y autoestima que resulta el hecho de aprender a cuidar, manejar y montar los caballos. El contacto con el caballo y su entorno proporciona un desarrollo sensorial, socio-afectivo, psicomotor y una mejora en la capacidad de aprendizaje a quien lo practica, mediante la vivencia de una actividad distinta. El caballo consigue así que “su particular jinete” se sienta feliz y motivado, por lo que progresa de manera extraordinaria en las sesiones de trabajo.

Esta Fundación surge por la necesidad de una mayor sensibilización por parte de la sociedad, que haga posible que las personas con necesidades especiales puedan participar en la dinámica de su entorno e integrarse en las estructuras socio – laborales de igual manera que los restantes ciudadanos. Se defiende una actitud que reclama que los seres humanos, independientemente de sus potencialidades y condiciones, tengan derecho a las mismas oportunidades de inserción, inclusión y realización psico-bio-social. Son urgentes, pues, no sólo nuevas actitudes, sino también nuevas formas de intervención.

Las Terapias Ecuestres ha tenido un impacto profundo en la vida de las personas discapacitadas, al darles libertad y confianza, potenciando la normalidad y fomentando el sentido de responsabilidad en quienes la practican.