La Fundación Cristina Heeren emprende un nuevo curso en el barrio sevillano, Triana, junto a vecinos, artistas y personalidades del barrio. En un sencillo acto de homenaje que tuvo al histórico flamenco trianero como inspiración. En el recuerdo estuvieron los cantaores Naranjito de Triana y Paco Taranto, que fueron maestros del claustro de la escuela. Y presentes en el mismísimo patio de la escuela, situada en el número 76 de la calle Pureza, destacados miembros de las señeras familias Montoya y Amador y otros muchos flamencos vinculados al barrio.

Artistas de Triana

Lole, Carmelilla Montoya, Angelita Montoya, Diego Amador, Juan José Amador, Melchor Santiago, Bobote, Uchi, Manolo Marín, Manuel Betanzos, Pilar Ortega, Esperanza Fernández, Pansequito, Ricardo Miño, Pepa Montes, Gualberto, Marcos Vargas, Rosario la Tremendita, José Alcedo, José Jarillo, El Pati de Triana… fueron sólo algunos de los muchos artistas que acudieron a la llamada de agradecimiento de Cristina Heeren, compartiendo el evento con otras personalidades como el diseñador Justo Salao, el empresario Manuel Macandé, el escultor José Lucena, el escritor Ángel Vela, el torero Pepe Luis Vázquez, Soraya de Triana…

En nombre del barrio tomó la palabra la delegada del distrito y primera teniente de alcalde del Ayuntamiento de Sevilla, Carmen Castreño: “Muchas gracias por venirte a hacer barrio, aquí donde nos preocupamos todos por todos”. Y fue Pepa Sánchez, directora académica, quien habló sobre el especial vínculo de la Fundación con el flamenco trianero: “Somos conscientes de tan valiosa herencia, que va desde los Fillos y Caganchos en el siglo XIX hasta la actualidad”.

Escuela de Flamencos

Una actualidad más que visible en el auditorio, donde se proyectaron el teaser del documental ‘Escuela de Flamencos’ y un pase fotográfico del proceso de construcción de este nuevo edificio que despertó la admiración de los presentes. A continuación, la reunión se trasladó al patio donde la presidenta de la Fundación les ofreció un aperitivo, con la colaboración de Jamones Blázquez. Con los antiguos azulejos trianeros de Mensaque como telón de fondo, disfrutaron de la conversación, el reencuentro y, por supuesto, de la pincelada flamenca que aportaron cuatro ex-alumnos de la escuela: los cantaores Davinia Jaén y Armando Mateos, y los guitarristas Jesús Rodríguez y José Manuel Martos.

Al hilo de sus tangos y bulerías se desencadenaron mágicos momentos de fiesta, como la salida por bulerías de la bailaora Pepa Montes. Pero las Montoya no se pudieron contener y acabaron convirtiendo el patio de la Fundación Cristina Heeren en una viva escena flamenca trianera. No fue difícil trasladarse hasta el baile que escribiera Estébanez Calderón en sus ‘Escenas andaluzas’. Salió Carmelilla, que acaba de incorporarse al claustro de profesores de la escuela, a bailar por bulerías cantándole Angelita Montoya. La cantaora siguió y siguió acordándose de los suyos y, especialmente, de La Negra. Y fueron Uchi y Salu las que sentenciaron por tangos una escena emparentada con aquella fiesta del Titi que dejó grabada ‘Rito y geografía del cante’ para la posteridad. La Fundación Cristina Heeren puso entonces a latir su corazón trianero. Gracias, Triana. ¡Viva Triana!