El Centro Tecnológico del Plástico (Andaltec), la empresa Premo, el Instituto de Ciencias de Materiales de Madrid (ICMM-CSIC) y la Universidad Politécnica de Madrid están trabajando en un proyecto para desarrollar un sistema de carga inalámbrica de baterías de vehículos eléctricos. El objetivo de esta iniciativa es desarrollar una tecnología que dé solución a las limitaciones que presentan en la actualidad los vehículos eléctricos a causa de su limitada autonomía. En la actualidad, sus baterías no han alcanzado el nivel de densidad de energía suficiente para competir en condiciones de igualdad con los vehículos de combustión interna.
El objetivo del proyecto, denominado “W Alma”, es el desarrollo e implementación de materiales magnético-poliméricos para su aplicación en el campo de RFID, con el fin de sustituir los núcleos actuales de material ferromagnético MnZn, el elemento más frágil de los mismos y que produce los mayores problemas de fiabilidad, peso y volumen en sistemas de carga inalámbrica de vehículos. Este sistema de carga inalámbrica permitirá a Premo disponer de un nuevo producto de alto nivel tecnológico.
El trabajo de Andaltec en este proyecto se centra en la fabricación del prototipo de la plataforma magnética, donde evaluará las diferentes alternativas de diseño en relación a los materiales, la geometría, así como el proceso de fabricación, para que el prototipo obtenido sea lo más óptimo y del menor coste posible. El Centro Tecnológico del Plástico posee experiencia probada en el diseño de moldes, estudio de simulaciones reológicas, y en el desarrollo de procesado de nuevos materiales composites y fabricación de prototipos.
La tecnología que se utiliza actualmente para cargar las baterías consiste en estaciones de carga mediante un cable que se conecta a una toma directamente al automóvil. Sin embargo, este sistema presenta distintos inconvenientes, ya que las instalaciones cableadas se encuentran en pocos lugares y son costosas para una utilización futura masiva de vehículos eléctricos. Además, la carga rápida precisa de alta tensión continua y baja corriente para no sobrecalentar las baterías, de modo que se requieren tensiones continuas de 300 a 700VDC, que son letales en caso de contacto con las personas. Además, el sistema de aislamiento de los cables para estas tensiones, los conectores y enchufes de seguridad para las mismas son muy costosos. Por otra parte, la experiencia de usuario en cuanto a la percepción constante de la necesidad de cargar disuade de la compra y utilización masiva de la tecnología eléctrica. Como consecuencia, la industria está buscando mejorar la vida y autonomía de las baterías y simplificar la carga hasta el punto de que sea totalmente invisible y ajena a la acción del usuario, un objetivo que persigue el proyecto W Alma.