Desde que las instalaciones de rehabilitación integral de Upacesur Jerez se convirtieron en Centro de Atención Infantil Temprana (CAIT) de referencia de la Junta de Andalucía el pasado mes de julio el equipo de profesionales ha tenido que ampliar esta atención de pacientes afectados por parálisis cerebral a pacientes con Síndrome de Down y Trastornos del Espectro Autista (TEA).

Por esta razón, los profesionales han decidido empezar a formarse para ofrecer una atención más especializada, en este caso en TEA. Desde que se ejecutó el cambio, el número de atendidos con TEA se ha triplicado y ha pasado de cinco o seis en un año a una media de 20.

El proceso de aprendizaje lo han iniciado el equipo de pedagogos y psicólogos, a través de dos de sus integrantes. Esta idea de formación surgió por iniciativa propia de la entidad y es recibida una vez a la semana en las instalaciones de Autismo Sevilla. Más adelante se continuará con la formación de otros profesionales.

Este curso de especialización, explican las profesionales del centro, es más que necesario, ya que, aunque el procedimiento a seguir es parecido, existen grandes diferencias entre la parálisis cerebral, en la que se trabaja más el área motora; y el autismo, que se centra en el nivel perceptivo, cognitivo y de la comunicación.

Es además complejo diagnosticar este trastorno porque los síntomas no se manifiestan con claridad cuando son pequeños, de manera que en una edad muy temprana el diagnóstico no es cien por cien definitivo. Explicaban desde las instalaciones de rehabilitación que, a pesar de ello, es muy importante empezar a trabajar cuanto antes.

El TEA tiene una serie de características definitorias: dificultades en la capacidad para relacionarse con otras personas adecuadamente, problemas en el desarrollo comunicativo y del lenguaje y la necesidad del establecimiento de rutinas y de que las cosas permanezcan estables.

Una de las tareas más difíciles en el tratamiento del trastorno es acertar con el camino a seguir para la mejor evolución de este tipo de pacientes, especialmente en la designación del sistema de comunicación para favorecer la aparición del lenguaje oral, que normalmente se trabaja desde los signos o desde las imágenes.

Además, la implicación de las familias es fundamental en todo el proceso, tiene un efecto multiplicador. Hay que enseñarles a comunicarse con sus hijos y ayudarles a ampliar sus intereses de ocio comunes. Con la familia hay que avanzar en la misma línea trasladando el trabajo de la consulta a la casa. Otro de los aspectos que se debe reforzar con las familias, por ejemplo, es la flexibilidad mental con el cambio de rutinas.