La Fundación TAS es una creadora constante de proyectos. Las necesidades generan nuevas ideas y las ideas que se acaban convirtiendo en una realidad. Una de estas ideas se convirtió en proyecto en el año 2014, cuando nacieron Kumo y Darío, los personajes que dan vida a un cuento infantil “KUMO”, sobre la relación entrañable entre un niño muy especial y un caballo desconocido; una historia que nos invita a reflexionar y a descubrir los increíbles beneficios de la interacción con los animales. Se llevó a cabo un proyecto cuyo proceso fue largo pero emocionante y bello. Tan bello como el resultado; una historia real como las nubes y a color como la vida misma, enmarcada a 21×21 en 25 páginas.
El cuento Kumo nació con el propósito de sensibilizar y de recaudar fondos para el programa de terapias ecuestres de Fundación TAS. Pero no quedó ahí, su historia, sino que ha ido haciendo su camino hasta que hace unos meses nos dio una nueva sorpresa: tres estudiantes de la Universidad Pablo de Olavide de Sevilla han decidido adaptarlo a la Lengua de Signos Española. De la mano de su docente, Mariano Reyes Tejedor —doctor e investigador especializado en trastornos del lenguaje, coordinador de la Red Interuniversitaria para la Investigación y la Docencia de la Lengua de Signos o Señas (RIID_LLSS), entre otros—, María Machacón, Lucie Coesnon y Soledad Tugues decidieron convertir Kumo en su Proyecto de Innovación Docente en la asignatura de Lengua de Signos Española I. Quieren concienciar de la diversidad funcional, del beneficio que aportan las terapias equinas y de la gran importancia que tiene aprender lengua de signos. Gracias a ellas podemos hacer accesible nuestro cuento infantil a aquellos niños y niñas que se comunican mediante lengua de signos y también a aquellos con trastorno visual grave por el formato en audio añadido.
Para el proyecto Kumo de Fundación TAS, esto supone un crecimiento muy notable sus objetivos: la inclusión y mejorar la calidad de vida para las personas con diversidad funcional. Signar Kumo conlleva un mayor grado de inclusión al aumentar la comunicación, derecho humano fundamental.
Y es que una de las características más destacables del ser humano es su necesidad de comunicación. Mediante Internet, y sobre todo las redes sociales, hemos podido ver ese afán latente en cada uno de nosotros. Todos somos diferentes pero todos, de una manera u otra, más o menos intensamente, necesitamos comunicarnos con otras personas.
Mediante este Proyecto de Innovación Docente, se nos recuerda que la Lengua de Signos Española es una de nuestras lenguas nacionales, que está legalmente reconocida pero no como una lengua más. Nos concienciamos de que la LSE está desapareciendo en grados universitarios donde debería ser imperativa; es la gran olvidada de nuestra sociedad. La que por no oírse, no se escucha.
Este desconocimiento y esta falta de apoyo hacen que parte de nuestra sociedad quede excluida pues no puede comunicarse con el resto al no contar con una vía de comunicación compartida, incurriendo en la exclusión social de parte de la sociedad española. Se les limita el derecho a la comunicación. Se les priva de una mejor calidad de vida.
Queremos agradecer encarecidamente el trabajo de todo el cuerpo universitario —docente y estudiantil— que lucha por los derechos humanos, que ofrece su tiempo y dedicación en forma de voluntariado y, en especial, a estas estudiantes y su docente que han conseguido hacer un paso más hacia esa sociedad inclusiva, accesible y justa que queremos para todos y todas. ¡Gracias!